martes, 9 de agosto de 2011

leyes del dilema


· Leyes del Dilema:

1ª) La disyunción que aparece en la premisa mayor tiene que ser completa, es decir, no puede admitir un término medio. Si hay término medio, el dilema no tiene fuerza. Ejemplo: O eres excesivamente iracundo o excesivamente manso, si eres excesivamente iracundo serás considerado irreflexivo y animal, si eres excesivamente manso, te darán sopa con onda. Este dilema es incorrecto, porque la disyunción no es completa. Hay un término medio entre el excesivamente iracundo y el excesivamente manso: es el hombre normal, que se enfadará cuando haya motivos de enfado, y que no se enfadará cuando no los haya.

2º) La unión entre los miembros de una disyunción tiene que ser legítima, porque e otro modo, el dilema no tendría fuerza alguna. Ejemplo O eres buen estudiante, o eres un buen portero de fútbol.

3º) El dilema no debe ser recíproco, es decir, que dirijamos un dilema contra alguien y él puede darle la vuelta a ese dilema poniéndolo a su favor. Ejemplo: Un amigo debe faltar durante 5 años a sus fincas, y nos pide que se les cuidemos administrativamente. En esa finca, todos mis amigos de la infancia cazan furtivamente, y yo sé ese detalle porque ellos me lo han dicho mi, confiando que yo no se lo diga al jefe. Por esto, tendré que negarme a administrar esa finca, pues se me presenta un dilema, que es: O administro bien o administro bien la finca de mi amigo. Si administro mal, desagradaré a mi mejor amigo. Si administro bien, desagradaré a mis amigos cazadores que son los demás. Este dilema es incorrecto por ser recíproco. Otra forma de plantearlo es la siguiente: O administro bien o administro mal la finca de mi amigo. Si administro bien agradaré a mi amigo actual. Si administro mal agradaré a todos los demás amigos.


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